Hoy tengo el orgullo de mirar en el tiempo y sentir que el trabajo se refleja en la respuesta a las actividades, en el arraigo en el barrio, en el vínculo permanente con los vecinos y en ser la biblioteca, reconocida como una referencia cultural de la zona.
Además quiero destacar el aporte comunitario, siempre honorario, de los integrantes de la comisión, de vecinos, artistas, docentes, escritores, catedráticos, autoridades, instituciones, que me acompañan en las actividades culturales y cotidianas.
A niños, adolescentes y adultos, que visitan mi casa, que hacen uso de mis libros y que participan en mis convocatorias.
A todos los que me mantienen vivo/a, ayudando a la consolidación de la identidad uruguaya, así como a la integración de personas de diferentes ámbitos sociales y culturales.
Eternamente ¡GRACIAS!
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